Balada de un hombre común
New York, 1961. Llewyn Davis se enfrenta al invierno con la guitarra a cuestas para abrirse camino como músico mientras intenta superar obstáculos, algunos creados por él mismo. Sobreviviendo gracias a la generosidad de amigos y extraños, y trabajando donde puede, las desventuras de Llewyn lo llevan desde los cafés del Village hasta un club en Chicago, con la esperanza de realizar una prueba para el magnate de la música Bud Grossman.
Para Alexis Puig de 24xSegundo al igual que las mejores cintas de los
Cohen, aquí se retrata el “patetismo” del protagónico y una visión acida, amarga
y pesimista de “el sueño americano”. La monocorde música Folk no ayuda a
levantar la sensación melancólica de un filme más destinado a los festivales
que a las carteleras del cine comercial.
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